martes, 7 de agosto de 2012

Un sueño

Quería contarles lo que el Señor me mostró en sueños. En el sueño una mujer le pedía a su esposo, casi le suplicaba que volviera con ella. Él le respondió a ella: “no quiero volver contigo.” Luego unas personas se reunieron a su alrededor y oraban con ella por la restauración de su matrimonio. Poco después vino el esposo y le dijo a la esposa: “quiero estar contigo.” ¿Qué significa este sueño? Simplemente que no hagan nada por sus propios esfuerzos y deseos, ya que eso no va a servir de nada. La única manera donde lograremos la restauración de nuestros matrimonios es por medio de la oración; simplemente oren, aunque piensen que nada lo hará cambiar; aunque su esposo no dé indicios de querer volver a su lado; aunque les digan que no las quieren, que se quieren divorciar.

La Palabra dice en Proverbios 21:1 “Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina.” Esto quiere decir que Dios puede cambiar ese corazón de piedra de un esposo rebelde y ponerle un corazón amoroso. ¿Leyeron alguna vez en la Biblia la frase: “Y Dios endureció el corazón al rey.” El Señor puede endurecer un corazón para lograr algún propósito, pero también puede cambiar un corazón endurecido por uno amoroso.

Muchas veces he escuchado a una esposa sufrida decir: “Dios no restauró mi matrimonio, ya que me divorcié.” Luego tiempo después ella se casa y dice: “Dios no quería que continuara con mi primer esposo porque quería que conociera a mi segundo esposo y me casara con él.” La realidad acá es que Dios sí permitió que te casaras nuevamente, pero no porque Él quería que te casaras con otro, sino porque no continuaste orando por tu matrimonio; pensaste que cuando tu esposo te envió la demanda de divorcio ya todo estaba terminado. A veces el Señor permite que sucedan estas cosas para probarnos en la fe. Una persona con fe no se deja intimidar por una carta de divorcio, ni por la mala actitud del esposo hacia ella; a pesar de todo sigue firme esperando a que el Señor haga el milagro, no importa cuanto tiempo tome, ya que las cosas no suceden cuando nosotras lo queramos sino en el tiempo de Él, que es perfecto.


Con la ayuda del Señor pronto dirán: ¡La voz de mi amado! He aquí él viene Saltando sobre los montes, brincando sobre los collados. Cantar de los Cantares 2:8 Dios las bendiga, Denisse

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy Lindo comentario ! Que Dios te bendiga .. Y comparto lo que dices .. Dios en estos tiempos se nos quiere mostar en toda su plenitud . Y aveces metiendo nuestras manos daÑamos lo que quiere hacer .. Porque El lo hace perfecto todo !

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